Día 0 (miércoles 26J - Parte 1: el viaje de ida)
Ya en el avión, le pregunto (en español) a la azafata que tenía menos cara de guiri que dónde me siento, y me responde con un bitte schdidasdf sduvotimmen idgeeagt que dije para mis adentros: kambien Sie die mental chip auf Englisch/Deutsch oder deine moken du kommerast (por supuesto esto es un españolemán que me acabo de inventar). La verdad es me que tocó un poco las narices que ninguna de las azafatas hablara nada de español en un vuelo que sale de España. Qué menos que lo básico. Lo bueno fue que el asiento mío era junto a unas chicas alicantinas bilingües, y me ayudaban a entender algunas indicaciones (porque es acojonante lo mal que se oyen el piloto y las azafatas hablando en inglés por los altavoces). Una vez en el aire me puse a escuchar por los auriculares los canales de radio del avión. Uno de ellos era un minicurso de español-alemán. Bueno, me sirvió para recordar las cuatro palabras que ya sabía de alemán.
Y qué decir del aterrizaje. Yo no sé si el piloto iba borracho o qué, pero el avión rebotó contra el suelo. Al principio pensé que quizá eso era normal, pero me fijé en las caras de la gente e intuí que muy habitual no era ese golpetazo que nos hizo despegar el culo del asiento. Les pregunté a las chicas estas y me dijeron que nunca les había pasado, y eso que llevaban viajando en avión toda la vida. Cuando el avión se detuvo, hubo gente que aplaudió, ¿hace falta decir algo más?
Pero entonces llegó el peor momento, nada más poner el pie en la pasarela de salida del avión, nos vino un golpe de calor sahariano bestial. Calor que duró los dos primeros días. Una sensación bastante extraña ya que notabas la piel ardiendo aunque no estuvieras al sol. Horrible. Y eso no es lo peor. Como aquí normalmente no lo necesitan, el aire acondicionado suele brillar por su ausencia, o bien estar puesto muy flojo (la universidad es una excepción, aquí en esta sala de ordenadores está bastante fuerte). En los trenes hacia Tréveris lo pasé fatal por el calor, y eso que el vagón estaba vacío. Por lo demás ningún incidente durante el viaje, ya que aquí raramente hay retrasos de más de 2 ó 3 minutos. Sin embargo, justo después de la penúltima parada, el tren se detuvo en medio de ninguna parte durante casi 10 minutos. No sé por qué.
Flipando con el paisaje desde el tren
Lilli y Karin, su hermana
(continuará)