Día 1 (jueves 27J - Parte 2: conociéndonos)
El caso es que en el Rote Funken, que era una especie de gimnasio, ya estaban todos sentados sobre colchonetas presentándose. Teníamos además aperitivillos, frutas y refrescos para saciar el hambre y la sed, que nos vinieron muy bien, tras llegar con la lengua fuera y sudando. Las prisas es lo que tienen, y si encima las juntas con el día más caluroso de los últimos años en Alemania, pues ahí estaba yo que parecía no haberme secado al salir de la piscina.
¿No sabes el nombre? Pues palo en la cocorota :)
Pues nada, pasamos la tarde haciendo juegos para conocer los nombres de los demás. Y en cuando abrió la boca, reconocí al valenciano. Su cutringlés daba miedo. Pero es que de alemán estaba peor. Eso creo que contribuyó a que no se sintiera muy a gusto del todo; bueno, ésta es otra historia para más adelante. Yo me hice una minipresentación en alemán (me llamo tal, vengo de cual, estudio aquello, y hablo muy poco alemán). No volví a hablar en alemán en todo el fin de semana, salvo alguna frasecilla suelta :D
Era una suerte que yo ya conociese a tres de las participantes y a la mayoría de organizadores, porque veía a los demás como muy perdidos... el caso es que tras un rato ya todos nos sabíamos los nombres y nos partíamos de risa juntos como si nos conociésemos de toda la vida. Este buen rollo del primer día no nos abandonó, por fortuna.
Bueno, ¿y qué hacemos esta noche? ¡Botelleo! What's that? OK, vale, lo explico... ¡Cojonudo, podemos comprar unas botellas e ir a la orilla del río! Pero entonces se me acerca uno de los alemanes y me comunica la mala nueva: son las 20:30, y en Alemania todas las tiendas, supermercados e hipers cierran a las 8, así que la única alternativa es comprar algo en la gasolinera, donde te pegan un cuaje que lo flipas.
Tomando unas "cervecillas" en el Louisiana
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home