Día 1 (jueves 27J - Parte 1: ciudad y piscina)
El día empezaba caluroso, como el anterior. El sol pegaba bien fuerte, así que salí de casa directamente con el bañador puesto. Punto de encuentro con las chicas: 11:30 en la Porta Nigra (¿a ver si adivináis qué significa? jajaja). Este lugar sería a menudo el meeting point, ya que muchos de los autobuses tenían que pasar por aquí en su recorrido circular por la ciudad.
Pero ay, las chicas son chicas aquí y en todas partes, así que tras el bebercio quisieron pasar por las tiendas del centro, atestadas de guiris (perdón, turistas, que aquí el guiri soy yo :D). Pues eso, que me tuvieron dos horas dando vueltas para al final apenas comprarse dos tonterías. Si es que son la leche...
Ya casi eran las dos y media de la tarde, sí. Y encima todavía no habíamos comido. Pillamos el autobús (los organizadores nos dieron dos bonos semanales, ya que el billete de un solo viaje costaba 2 loros, toma ya). Tardamos como media hora o más en llegar; la piscina estaba donde Cristo perdió el gayao. Pero por fin estábamos allí. Con el carné de estudiante (ya fuese de España, de Villarriba o de Sebastopol, sólo costaba la entrada 1.50€, para todo el día). Tres piscinas de diferente profundidad y diseño, con varios toboganes y tubos, y una de ellas con plataformas de salto (abarrotada siempre ésta, imposible lanzarse).
También allí nos pillamos unas patatas fritas y algo más para comer, no era precisamente comida saludable, pero con las tripas chillando lo importante era meterse algo en el cuerpo. Así que tras el primer baño y la comida, nos tumbamos al sol; poco tiempo, ya que se puso nublado el cielo e hizo amago de chispeo. Finalmente, la lluvia nos respetó y volvió a brillar el sol para que nos diésemos otro baño.
Se hicieron casi las 6 de la tarde, así que decidimos volver porque teníamos que ir a una de las sedes de AEGEE a la fiesta de bienvenida oficial. En la parada del autobús conocimos a un grupo de animales, perdón, de alemanes pilladísimos de la cabeza. Llevaban tatuados y pierceados la mitad del cuerpo, y tras intercambiar unas frases incoherentes acerca de si preferíamos llevar slip, bóxer o tanga, el más ido de todos, curiosamente, fue el que dijo: dejemos de decir estupideces a unos extranjeros que lo están flipando con estos borricos alemanes (más o menos esa es la traducción).
Vista de la Porta Nigra por la cara menos "nigra" :)
Pero ay, las chicas son chicas aquí y en todas partes, así que tras el bebercio quisieron pasar por las tiendas del centro, atestadas de guiris (perdón, turistas, que aquí el guiri soy yo :D). Pues eso, que me tuvieron dos horas dando vueltas para al final apenas comprarse dos tonterías. Si es que son la leche...
Ya casi eran las dos y media de la tarde, sí. Y encima todavía no habíamos comido. Pillamos el autobús (los organizadores nos dieron dos bonos semanales, ya que el billete de un solo viaje costaba 2 loros, toma ya). Tardamos como media hora o más en llegar; la piscina estaba donde Cristo perdió el gayao. Pero por fin estábamos allí. Con el carné de estudiante (ya fuese de España, de Villarriba o de Sebastopol, sólo costaba la entrada 1.50€, para todo el día). Tres piscinas de diferente profundidad y diseño, con varios toboganes y tubos, y una de ellas con plataformas de salto (abarrotada siempre ésta, imposible lanzarse).
También allí nos pillamos unas patatas fritas y algo más para comer, no era precisamente comida saludable, pero con las tripas chillando lo importante era meterse algo en el cuerpo. Así que tras el primer baño y la comida, nos tumbamos al sol; poco tiempo, ya que se puso nublado el cielo e hizo amago de chispeo. Finalmente, la lluvia nos respetó y volvió a brillar el sol para que nos diésemos otro baño.
Se hicieron casi las 6 de la tarde, así que decidimos volver porque teníamos que ir a una de las sedes de AEGEE a la fiesta de bienvenida oficial. En la parada del autobús conocimos a un grupo de animales, perdón, de alemanes pilladísimos de la cabeza. Llevaban tatuados y pierceados la mitad del cuerpo, y tras intercambiar unas frases incoherentes acerca de si preferíamos llevar slip, bóxer o tanga, el más ido de todos, curiosamente, fue el que dijo: dejemos de decir estupideces a unos extranjeros que lo están flipando con estos borricos alemanes (más o menos esa es la traducción).
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