En la mezcla está la esencia de los sonidos que nos envuelven

Poco antes de viajar a China por negocios, Matthew y su prometida cenan junto a otros ejecutivos. Una chica rubia se dirige hacia el pasillo, y Matthew, presa de la obsesión, se lanza tras ella porque cree que es una chica de su pasado, con la que compartió intensos momentos de pasión y que no ha olvidado.
Pues esta es la segunda película que no viéndola en el cine, la comento en mi blog (la anterior fue Million Dollar Baby, así que tiene que estar bien para que haga un post sin haberla visto en pantalla grande). Pues eso, muy entretenida. Eso sí, requiere prestar atención a todo porque es una de esas películas en las que cada situación parece un lío cada vez mayor y produce la sensación de que no nos enterásemos de nada, hasta que llega un momento en el que poco a poco todo va cobrando sentido, aunque casi nada es lo que parecía ser. Digamos que la historia principal se va viendo salpicada de flashbacks que sufren los protagonistas y que unas veces nos confundirán aún más, y otras nos aclararán la mente.

Lo mejor: el cacao mental que se le forma a uno viendo cosas que no parecen tener coherencia.
Lo peor: que toda la película, y sobre todo el final, está impregnada de un toque romanticón-pasteloso. Pero incluso eso es aceptable.